
La familia mexicana Beckmann propietaria del tequila Don Julio ha llegado a un acuerdo con Diageo mediante el cual la multinacional de bebidas británica se queda con la propiedad de la marca de tequila que hasta ahora compartía al 50 %, recupera la producción y distribución del vodka Smirnoff en México hasta ahora en manos del grupo familiar y les vende su marca de whisky irlandés Bushmills, todo, al tiempo que recibe además 408 millones de dólares.
Con esta transacción, el gigante británico quiere afianzar su posición en el mundo en general y en América Latina en particular con un tequila, el Don Julio con grandes referencias en el mercado como el 1942 o el Real, que goza de enorme popularidad en México con buenas cifras de venta y, sobre todo, en Estados Unidos, donde siempre está en lo más alto.
Así lo ha expresado en un comunicado el jefe ejecutivo de Diageo, Ivan Menezes:
Esta transacción cumple con dos objetivos clave para nosotros. Hemos asegurado nuestra posición en los crecientes segmentos premium y ultrapremium de la categoría de tequila y fortalecido nuestra huella global al expandir nuestra posición de liderazgo en México, donde el crecimiento de los destilados tiene un gran potencial.
Los tequilas de Don Julio, que tuvieron un volumen de 590.000 cajas y ventas totales por valor de más de 190 millones de euros en el año financiero que terminó con el pasado mes de julio, llevan en el punto de mira de Diageo desde que otras grandes distribuidoras extranjeras sacaron la cartera en México con otros tequilas, como Suntory con Sauza o Pernod Ricard con Avión. Diageo, además, ya compró a principios de este año los tequilas DeLeón y Peligroso.