
Maridar tequilas, al igual que maridar vino, por ejemplo, no es cualquier cosa. Más allá del gusto personal y las preferencias que podamos tener, la bebida nacional de México posee en sus diversas clases y sus diferentes marcas una variedad y complejidad de sabores que el arte del maridaje puede explotar muy bien.
Con la premisa inicial y básica de que el maridaje es básicamente jugar con los aromas de en este caso el tequila y los sabores de la comida que lo acompañarán, el método prueba y error será el que mejor nos funcione. Pero dejando a un lado esto, la mayoría de expertos suelen coincidir a grandes rasgos en cuál es el tipo de comida que combina mejor con determinada clase de tequila, es por ello que en este artículo os queremos ofrecer unas cuantas idea de cómo maridar tequila, para que podáis llevarlas a la práctica…
Maridar con tequilas blancos y jóvenes
Los tequilas blancos y los tequilas jóvenes suelen caracterizarse por su ligereza. Tiempos de añejamiento inexistentes o escasos los hacen ideales para ser combinados, por ejemplo, con platos de pescado, marisco o, simplemente, ligeros y fáciles de digerir. La ligereza del tequila es recomendable que se dé la mano con platos ídem.
Maridas con tequilas reposados

En la escala de tequilas, nos encontramos con los medios, con los tequilas reposados, aquellos con una maduración que se encuentra a caballo entre los tequilas blancos o más jóvenes y los más añejos. Estos tequilas, gracias a los toques dados por el añejamiento medio al que son sometidos, se recomienda beberlos al tiempo que se consume, por ejemplo, comida tradicional mexicana como tacos o enchiladas.
En general, la recomendación es la de emparejarlos con comidas que tiendan a fuertes, pero que no se pasan.
Maridaje con tequilas añejos o extra añejo
Por último llegamos a la escala más alta en lo tequilas, a la de los tequilas añejos o tequilas extra añejos, aquellos sometidos al tiempo de maduración más elevado y que, por tanto, son más sentidos y posee mayor carácter.
Estos tequilas suelen recomendarse con los postres o con platos dulces, ya que el contraste de sabores y la armonía que existe entre ellos se hace deliciosa. Pero eso sí, también es recomendado por algunos expertos como acompañante de las comidas más fuertes. Tal vez, el tequila añejo o extra añejo, por su complejidad organoléptica, sea el más versátil o, al menos, el más dado a emparejamientos diversos.
Por último, más allá de lo dicho al principio, cabe recordar que para apreciar de una mejor forma todos aquellos matices que los tequilas pueden brindarnos en cuanto a aroma y sabor, deben estar preferiblemente fríos, más si cabe cuanto son blancos o jóvenes.